A cuarenta y dos años de su vil asesinato por las fuerzas represivas del Estado de Guatemala, la universidad develó un busto para mantener viva la memoria del líder y mártir estudiantil.
El 20 de octubre de 1978, tras finalizar la marcha conmemorativa de la Revolución, a pesar de las amenazas en su contra, Oliverio Castañeda de León se presentó en el Parque Centenario para dar un discurso en nombre de la Asociación de Estudiantes Universitarios (AEU) y señaló al ministro de Gobernación Donaldo Álvarez Ruiz como responsable de la oleada de terror. Oliverio fue asesinado en el Portal de Comercio una hora después.
Este día la universidad le rindió un homenaje develando un busto en su memoria, como parte de las actividades que conmemoran su vida y los cien años de la AEU “Oliverio Castañeda de León”.
El Rector Ing. Murphy Paiz declaró: “Él vive en la memoria colectiva, nuestros mártires hoy no están, pero la lucha continúa. Hoy conmemoramos también la Revolución de 1944, pero en la actualidad persiste la injusticia en este país, la Revolución fue interrumpida”.
“Por jóvenes como él, que ofrendaron su vida por el sueño de una Guatemala más justa, más solidaria y equitativa, tenemos el compromiso de construir una mejor universidad cada día”. Declaró Luis Suárez, decano de la Facultad de Ciencias Económicas, unidad académica en la que Oliverio fue estudiante.
Sobre el busto
El busto fue realizado por el artista Julio David Gallardo en un promedio de catorce días, la técnica utilizada es fibra de vidrio moldeada. La pieza primero fue tallada en arcilla, se realizaron los moldes y después el positivo en fibra de vidrio. “Todo personaje tiene su espíritu, para mí es un honor haber hecho este proyecto escultórico con tanta historia, algo que me inspiró durante el proceso de creación”, declaró Julio David Gallardo.
Líder con conciencia social
Oliverio luchó por los derechos humanos en Guatemala, era el secretario general de la Asociación de Estudiantes Universitarios de la Universidad San Carlos de Guatemala (AEU) cuando fue asesinado por las fuerzas represivas del Estado de Guatemala. Durante su último discurso declaró sus célebres y visionarias palabras: “Ellos pueden matar a nuestros dirigentes, pero mientras haya pueblo, habrá revolución”.