El 29 de marzo se llevó a cabo la ceremonia de colocación del clavel rojo  para honrar a sancarlistas que sacrificaron su vida por un mejor país.

Por Ingrid Cárdenas y Claudia Rodríguez, fotos de Elio Morales

En esta ocasión el homenaje, realizado en la Plaza de los Mártires, estuvo dirigido a Otto René Estrada Illescas, Julio Alberto Estrada Illescas, Mario René Matute Iriarte, Robin Mayro García Dávila, Rafael Alfredo Urcuyo Orozco y Luis Fernando Colindres Pérez.

Durante la actividad, los recuerdos, las anécdotas, las lágrimas y el dolor embargaron a los familiares de las víctimas que fueron secuestradas, desaparecidas y torturadas durante el Conflicto Armado Interno. La Plaza de los Mártires se ha convertido en el espacio donde libremente pueden externar sus emociones, las cuales han persistido en el tiempo. 

En memoria de los sancarlistas, Beatriz Velásquez pronunció una semblanza de su esposo, Otto René Estrada Illescas; y su cuñado, Julio Estrada Illescas

“Nunca han de dejar de recordarse los nombres de todas estas grandes personas. Realmente fueron comprometidos y entregados, increíblemente humanos, con una sensibilidad enorme. Estos universitarios estaban unidos por el amor a su patria, luchaban por verla libre”, indicó. 

Expuso que, entre 1970 y 1974, Julio ingresó a la Escuela de Ciencia Política de la USAC, donde fue dirigente de la Asociación de Estudiantes. Otto, en 1976, aproximadamente, entró a la Facultad de Ciencias Económicas de la USAC y estuvo en la Asociación de Estudiantes “Manuel Cordero Quezada”, casi simultáneamente entró al grupo universitario FRENTE, entre 1977 y 1978. 

 

 

Julio también participó en el secretariado con Oliverio Castañeda de León, como encargado de organización. 

“En el gobierno de Óscar Mejía Víctores nos arrancaron a nuestros familiares. Un 15 de mayo, a inmediaciones de la iglesia La Recolección, mataron a Otto. Julio fue interceptado a inmediaciones del Periférico”. 

La interlocutora expresó la angustia vivida tras la pérdida de los familiares: “Recuerdo el dolor de mi suegra. Íbamos a las morgues, a los hospitales, a los centros de detención, y no aparecieron. La vi con lágrimas en sus ojos añorar al menos saber dónde quedaron los restos de sus hijos”.

Exaltó la necesidad de continuar luchando para que estos crímenes no queden impunes. “No nos vamos a cansar de seguir buscando la justicia, la verdad de nuestros seres queridos, para que el nombre de estos mártires se conozca y que sean una semilla para las futuras generaciones, un ejemplo de vida”. 

Seguidamente, pronuncio su discurso Luis Pavel Matute Iriarte, familiar de Mario René Matute Iriarte

“Fue estudiante de la Facultad de Ciencias Médicas y dirigente del Frente Estudiantil Revolucionario Robín García (FERG). Se postuló como candidato a secretario general de la Asociación de Estudiantes de Medicina, cuando el movimiento estudiantil tenía una participación beligerante y destacada dentro del acontecer social del país”, expuso.

Relató que el mártir fue asesinado el 17 de julio de 1980, cuando en la 28 avenida, esquina de la 31 calle de la zona 5, unos sujetos bajaron de un vehículo policial con ametralladora en mano. 

Por otra parte, Julio García Dávila, hermano de Robin Mayro García Dávila, lo recordó como un heredero de múltiples reconocimientos, que tenía una fuerte conciencia social y buscaba ayudar a los más necesitados. Como ejemplo de ello, dijo: “De 1975 a 1977 en una escuela nocturna de la colonia La Florida, zona 19, dio clases para que adultos pudieran aprender a leer y escribir”. 

El dirigente estudiantil fue asesinado durante el gobierno de Kjel Laugerud García en julio de 1977. “Era un romántico auténtico. Estaba enamorado de la vida y su pasión fue Guatemala. Escribió alrededor de cien poemas de profundo amor a Guatemala y a la vida”, recordó. 

Yadira Urcuyo Orozco, familiar de Rafael Alfredo Urcuyo Orozco, expuso: “Urcuyo fue activo en el movimiento estudiantil de la universidad, particularmente en la Escuela de Ciencias Psicológicas. El 1 de mayo de 1980 participó en la marcha conmemorativa del Día Internacional del Trabajo, cumpliendo su papel revolucionario. Esa misma fecha cayó abatido a una cuadra del Palacio Nacional, cuando dos hombres lo interceptaron en una motocicleta y le dispararon”.

Su hermana recuerda que ese 1 de mayo lo visitó y le pidió que no fuera a la manifestación, pero él le respondió que debía protestar debido a que, de su clase, conformada inicialmente por 35 estudiantes, solo quedaban 5 vivos. 

Gloria Liliana Velásquez, esposa de Luis Fernando Colindres Pérez, sobre la vida del mártir, dijo: “Ingresó en 1976 a la Facultad de Humanidades, donde nos conocimos. Fue miembro activo de la fundación del grupo Vanguardia Estudiantil Revolucionaria (VER). Fue secretario de divulgación y propaganda de la AEU de 1977 a 1978. Posteriormente estudió en la Escuela de Historia; fue autodidacta, aprendió inglés y francés”.

El día de su asesinato, 21 de julio de 1982, salió de madrugada hacia el occidente del país. Sin embargo, se desvió para realizar unas diligencias en la zona 5. Cuando se transportaba en un bus urbano en la calzada Roosevelt, se percató de que lo perseguían, se bajó y, cuando empezó a caminar, unos testigos observaron que desde un jeep le dispararon. 

Al caer fue arrollado por los mismos atacantes. Quienes observaron el hecho llamaron a los bomberos, pero cuando ingresó en el Hospital Roosevelt falleció. El 23 de julio, en Prensa Libre, salió la noticia de su asesinato.  

Tras 24 años de su muerte, en 2006, Antropología Forense logró identificar el cuerpo con pruebas de ADN. El cadáver pudo exhumarse y enterrarse en un osario familiar. 

Al concluir el evento, el secretario general de la USAC, Dr. Gustavo Taracena, les entregó a los familiares el Acuerdo de Rectoría  139-2021, que establece dignificar a los héroes y mártires de esta casa de estudios. 

En representación del rector en funciones, el Dr. Taracena expresó: “En este espacio icónico rendimos homenaje a distinguidos sancarlistas que entregaron gotas de sabiduría, lucha y sangre en la  incansable búsqueda de una sociedad más justa y digna”. 

Agregó que, con esta actividad, se buscó tener presentes las historias, rostros y trayectoria de quienes lucharon por la libertad e igualdad. “Agradezco profundamente a todos los familiares y amigos de nuestros héroes y mártires universitarios por permitirnos honrar su memoria, ya que definitivamente nos heredaron su vocación, sueños, energía y lucha a todos los sancarlistas”, concluyó. 

 

  • El secretario general, Gustavo Taracena, presidió el acto de colocación del clavel rojo.

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