La pandemia ha demostrado la fragilidad del ser humano en muchos aspectos, uno de estos son las consecuencias de tener una nutrición inadecuada, por lo que es necesario conocer los alimentos y proporciones esenciales para estar saludables.

Una alimentación equilibrada es fundamental para prevenir las principales enfermedades crónicas que causan la mayor parte de muertes en adultos, como el cáncer, los eventos cardiovasculares, la diabetes o la obesidad.

En una charla con la directora de la Escuela de Nutrición de la USAC, licenciada en Nutrición y maestra en Tecnología de Alimentos y Gestión Tania Reyes Rivas, analiza cuál es la base de una buena alimentación y aporta las claves para una dieta sana que permita mantener altas las defensas del organismo.

¿Qué es comer sano?

Es incluir en nuestro estilo de vida una serie de alimentos que por su naturaleza son beneficiosos y aportan todos los nutrientes para que estemos el mayor tiempo posible libres de enfermedades.

¿Cómo obtener las defensas necesarias para nuestro organismo?

Las defensas son solo algunos de los componentes que deben apoyarnos para enfrentar las enfermedades y estar en buena condición. Cuando se habla de defensas se piensa en ciertos nutrientes contenidos en los alimentos, cuya función biológica es estimular el sistema inmune o reforzarlo.

En una alimentación saludable deben incluirse vitaminas, por ejemplo, la A, C y D; esta última ahora está en boga, por la pandemia, se ha difundido la importancia de su ingesta.

No se trata únicamente de tener una inmunidad aumentada, sino de tener una condición o un estado nutricional que favorezca eso. Por ejemplo, si no se ha tenido un estilo de vida saludable y ahora se tiene sobrepeso, obesidad, diabetes o hipertensión, aunque se consuman las cantidades recomendables de micronutrientes que van a mejorar la inmunidad, las otras condiciones asociadas pondrán a las personas en un estado de vulnerabilidad no solo para la  COVID-19, sino que su calidad de vida también será afectada.

¿Comer sano debe ser un hábito desde la infancia?

Exactamente, este es uno de los grandes avances que se han dado en cuanto a investigación y directrices nutricionales que empezaron a generarse a finales de la década de los 90 y principios del siglo XXI, en donde aquel concepto de que un niño gordito era sano o la idea de que había que empezar a cuidarse después de los 40 años quedaron atrás.

El cuidado debe ser desde el momento de la concepción, la madre necesita estar en buenas condiciones y recibir atención médica; eso será importante para que el niño esté en mejores condiciones. De ahí surgen varias estrategias que ponen a la infancia como el punto clave para la prevención de enfermedades crónicas y una mejor calidad de vida para el ser humano.

Aún falta mucho camino por recorrer para que la gente entienda que se debe cuidar la alimentación del menor como una inversión para el futuro, en cuanto a calidad de vida durante la adultez.

¿Cuáles podrían ser las enfermedades recurrentes por los malos hábitos alimenticios?

Lo que vemos en la actualidad es que en los datos presentados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) prevalece la obesidad, que antes no estaba tipificada como una enfermedad. La diabetes es otra de las pandemias que preocupa a nivel mundial, en relación con la alimentación, hipertensión, enfermedades cardiovasculares y renales.

¿Qué recomendaciones le puede dar a las personas para que fortalezcan su organismo?

Los lineamientos generales de varias instituciones que aportan información basada en investigaciones indican que el camino a seguir es una alimentación saludable, balanceada, con la cantidad recomendada de cada grupo alimenticio. Hay que controlar el sobrepeso y eso se logra con una alimentación basada en la calidad y cantidades adecuadas.

Consumir alimentos naturales, tener menos ingesta de productos procesados, comer frutas y verduras, así como cereales integrales que tengan cierta calidad y proteínas de alto valor biológico en cantidades adecuadas. También debe limitarse la ingesta de algunos alimentos como el sodio, azúcar o grasa.

¿En qué medidas deben consumirse los alimentos?

Hay recomendaciones para ciertos alimentos. Por ejemplo, 5 porciones al día de frutas y vegetales; así como de 6 a 10 porciones de carbohidratos al día. Hay una serie de componentes que no son alimentarios y deben estar presentes en el estilo de vida, como la actividad física y las horas de sueño, entonces a veces no solo hablamos de cantidades de comida, sino de estilos de vida saludables.

Si se padece de enfermedades crónicas, ante la COVID-19, ¿cómo cuidar la dieta?

Estas personas son más vulnerables y deben seguir las indicaciones nutricionales que se les da, visualizar el impacto de seguir una alimentación no adecuada. Este es un momento oportuno para modificar los hábitos alimenticios, hay que cumplir con las recomendaciones que el especialista hace, como disminuir las horas de sedentarismo si el padecimiento lo permite, mantener la calidad del sueño y continuar los tratamientos farmacológicos.

¿La Escuela de Nutrición está trabajando algún tema para mejorar la alimentación durante la pandemia?

Tenemos el Centro de Asesoría en Alimentación y Nutrición (CEAAN). Se están trabajando los EPS que no pueden hacerse de manera presencial mediante las redes sociales.

Iniciaremos unos proyectos para brindar atención y recomendaciones puntuales a quienes tengan preguntas. Como escuela, estamos en mesas técnicas donde se abordan temas de seguridad alimentaria y nutricional tanto en la pandemia como postpandemia.

En cuanto a temas de atención, tenemos un área de servicio donde publicamos y tratamos de estar en contacto cercano con las personas que consultan o requieren una asesoría específica.

Por Ingrid Cárdenas

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