¿Cuál es el legado y la importancia de defender la autonomía universitaria? Platicamos con pensadores sancarlistas para analizar este tema.
Fotografías de Edson Lozano
¿En qué ha contribuido la autonomía universitaria para el desarrollo de Guatemala? En palabras de Geidy de Mata, directora del Instituto de Problemas Nacionales (IPNUSAC), la autonomía universitaria fue un proceso de lucha que le dio importancia a la educación superior.
La universidad es un baluarte del modelo republicano, que, por mandato constitucional de 1985, participa en la discusión y propuesta de soluciones a los problemas nacionales, además, tiene iniciativa de ley. “La autonomía universitaria le permite a esta casa de estudios ser una instancia trascendental en la vida democrática del país”, agrega Cristhians Castillo, analista de IPNUSAC.
Olga Pérez, antropóloga y catedrática de la USAC, señala que la relevancia de la autonomía universitaria radica en la obtención del libre albedrío, lo cual implica la capacidad de autogobernarse y plantear su propia posición frente a los problemas nacionales.
“La autonomía universitaria brinda al país un espacio de pensamiento crítico independiente, con ello, esta institución puede abordar de forma social y popular los problemas nacionales, así como aportar soluciones a los mismos. Ese es el gran legado de la autonomía”, señala Pérez.
Para De Mata lo más importante del proceso autónomo es que constitucionalmente la USAC es la única universidad pública, que debe difundir el conocimiento y la cultura a través de todas sus manifestaciones.
“En esa significativa libertad para la universidad, lo más significativo es el aporte de soluciones a los problemas nacionales; esa libertad de expresión, de opinión y el espíritu de generar incidencia para la mejor toma de decisiones por parte del Estado y las instituciones que lo integran”.
El legado de la autonomía
Desde que se le confirió la autonomía a la USAC, la institución ha trascendido en los momentos más difíciles para el país. Ha sido un bastión independiente de las decisiones políticas, por ejemplo, durante el Conflicto Armado Interno, defendió los derechos humanos y las libertades republicanas desde la cátedra, razón por la que la universidad se tiñó de la sangre de sus mártires, líderes estudiantiles y docentes que enarbolaron su voz contra los abusos de los gobiernos militares. “La autonomía era, en alguna medida, un resguardo para las voces críticas y disidentes de los gobiernos autoritarios”, agrega Castillo.
Por su parte, Pérez dice que la formación de profesionales críticos que pueden contribuir a mitigar los problemas nacionales a partir de distintos ámbitos académicos, como las ciencias sociales, es un fruto de la autonomía.
La universidad ha cooperado en la interpretación de la historia reciente, colonial y republicana del país. “Esto es un aporte destacado en los estudios de antropología y arqueología, es una comprensión correcta y adecuada de un país constituido por múltiples pueblos. La universidad ha propiciado un enfoque crítico del racismo, creo que esto es muy importante: facilitar la comprensión crítica para una sociedad equitativa”.
De Mata explica que hay iniciativas de ley presentadas que han generado debate y discusión. Según expone, desde 1986 hasta octubre de 2020, se han elaborado 44 proyectos de ley, de los cuales hay 19 iniciativas con dictamen favorable, 10 con dictamen desfavorable, 6 decretos y 9 proyectos de ley conocidos por el Consejo Superior Universitario (CSU).
La defensa de la autonomía universitaria
El país se encuentra sumido en la impunidad y corrupción, ante este panorama, la defensa de la autonomía universitaria es primordial para tomar decisiones en función de la docencia, administración, investigación y extensión, en beneficio de la población guatemalteca.
“La USAC es de las pocas instituciones públicas que tiene un factor multiplicador en términos de beneficio para la sociedad guatemalteca, porque produce profesionales, ciencia y conocimiento; fortalece derechos y obligaciones de los ciudadanos; y genera oportunidades. La educación es desarrollo. Es fundamental que se cuente con los recursos necesarios, la pandemia dejó clara la necesidad de la ciencia y el conocimiento para atender el desarrollo integral sostenible”, afirma Geidy de Mata.
Por otra parte, Olga Pérez dice: “Es imprescindible defender la autonomía universitaria, así como el ejercicio responsable de la misma. Se ha olvidado que contar con un derecho implica también tener responsabilidad. En ese sentido, la universidad debe cumplir con la sociedad y formar profesionales que sean adecuados a los perfiles que este país necesita, también posicionarse frente a los problemas nacionales, impulsar la ciencia y los conocimientos”.
“Es fundamental que la universidad se mantenga incólume, garantice el respeto de la autonomía y, desde la Academia, establezca los parámetros y posicionamientos que defienden los derechos e intereses de las mayorías”, indica Cristhians Castillo.
Sobre la autonomía
De acuerdo con Cristhians Castillo, algunas instancias autónomas en el país, dentro de ellas la USAC, son el resultado de una concesión de poder del período revolucionario de 1944 a 1954. Estas entidades autónomas, como el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS) y las municipalidades, tienen capacidades que les permiten ser parte del sistema de pesos y contrapesos, porque no están supeditadas al poder político que administra el Estado, ya sea del Ejecutivo, el Congreso o el Organismo Judicial.
La autonomía universitaria le dio a la USAC la posibilidad de elegir a sus autoridades, establecer sus normas internas y tomar las decisiones trascendentales para la institución, sin la prevalencia de intereses externos que puedan influir en la política de la educación superior pública.